—¿También a ellos? Creí que los de Daruma serían los últimos.
—Aún no. Smokey-chan está enfermo, pero seguro que puede comer unos dulces, debo asegurarme de invitarle.
Murayama y Todoroki se detienen frente a la ciudad sin nombre. Ya que los Rude Boys siempre están vigilando, deberían de haberse percatado de la llegada de los dos chicos, por lo que no tardarán en aparecer.
—¿Es necesario el regalarles algo a todos los que forman sword? -vuelve a preguntar Todoroki.
—No a todos. Solo con los que he Oya Koko ha formado alianza. -aclara Murayama. —Estamos en tregua ahora. Mi hermano mayor me dijo una vez que siempre hay que mostrar tu gratitud con los demás cuando te ayudan, así que les he comprado esto para todos ellos. Para empezar, tú fuiste quien prácticamente me suplicó para que te dejara acompañarme, ¿Por qué te estás quejando tanto?
—Murayama, siempre mencionas a tu hermano como si hubieras formado tu personalidad solo gracias a él.
—¿Qué? -voltea sobre su hombro para mirar amenazante al más alto.
—No, quiero decir, ¿Alguna vez lo veré? -duda mientras cambia el tema. —¿Cuántos años tiene? ¿Se ha casado ya?
—¿Por qué querrías conocer a mi hermano? Es bastante genial, pero no se junta con mocosos.
—Ah, entonces por eso nunca está contigo.
—¡Hey!
—Oigan, ustedes. -interviene sin querer Takeshi en su pelea. —Murayama... ¿Y tú quien eres?
—Ah, por fin llega alguien. Toma. -le quita la bolsa a Todoroki y se la da a Takeshi. —Son mochis para ustedes. ¿Cómo está Smokey-chan?
—... -el rubio acepta la bolsa revisando su interior para comprobar lo que decía el de bandana. —Gracias... Smokey está igual, pero un doctor ha venido a verlo, tal vez mejore.
—¡Genial! Oh, y este es mi kouhai, Todoroki-chan.
El nombrado hace un movimiento con sus cejas, pareciera molesto, la forma en que mira al otro chico no es amigable.
—Intenta ser el nuevo líder de Oya, ¿Qué te parece? Tiene espíritu de lucha por lo menos. -bromea Murayama riéndose solo.
Después de eso, fueron a su último destino, Sannoh.
—Espero esta sea nuestra última parada. -dice Todoroki. —No sabía que te llevabas tan bien con todos esos tipos de sword.
—Lo es, pero deja ya de quejarte, si tanto te molesta no hubieras venido.
—¿Te estorbo?
—¿Hah? No dije eso.
“Murayama es... El mismo. Con ellos y con todas las personas que conoce actúa de la misma forma. Me alivia un poco, pero no puedo evitar sentirme algo molesto por la confianza que tiene en los demás ciegamente. También, luce muy cercano a todos... No me gusta esto.”
—¡¡Oii, Cobra-chan!! -saluda audiblemente entrando a Itokan.
Todoroki se sorprende ante esto, siente un cambio en la vibra de Murayama, como si estuviera más animado de lo que normalmente está.
—Oh, Murayama. ¿Otra vez aquí? -le dice Yamato casi con fastidio para luego regresar su atención a su comida.
—¿Qué pasa, Murayama? -le pregunta Cobra desde su asiento, ni siquiera le mira, está leyendo el periódico o fingiendo hacerlo para verse más interesante.
—Traje dulces para ustedes. -nuevamente, le quita la bolsa con el contenido al de lentes, quien se había encargado de llevar cargando todas estas, por suerte era la última. —¿Quieren?
Yamato se levanta rápido y va hasta él.
—Oi, lo hubieras dicho antes. Vamos, toma asiento por aquí, gracias por los dulces. -se podría decir que arrebató la bolsa de las manos del más bajo llevándosela consigo.
—¡Yo también quiero! -exclama Tetsu siguiéndolo.
—Montón de mocosos. -dice Cobra dejando el periódico a un lado. —¿Quién es el chico? Lo he visto antes.
—Oh, este es Todoroki-chan. -camina hasta el rubio tomando asiento a su lado en el mismo sofá. —Ha intentado ser el líder de Oya.
—Vaya, ¿Entonces se han peleado y ahora son amigos?
—¿Al igual que tú y yo? -sonríe. —Nah, no diría que Todoroki-chan y yo somos amigos.
—¿Desde cuándo soy tu amigo? -alborota el cabello de Murayama jugando.
Todoroki los mira de pie desde el mismo lugar donde estaba cuando llegaron, todos los demás están atentos en los dulces que no pueden ver la escena que él sí.
Conoce de nombre y vista a Cobra, y sabe que luchó contra Murayama, en donde este último perdió.
Pero no tenía ni idea que fueran así de cercanos.
Los sigue mirando, ellos se han olvidado por completo del mundo, están conversando amenamente entre risas y unos cuantos toques de cabello y hombro por parte de ambos.
“¿Qué diablos?”
No se da cuenta cuando Murayama voltea hacia él, y tampoco el tipo de expresión que está poniendo, misma que lo delata.
—¿Todoroki-chan? -le llama el de bandana algo preocupado. —¿Estás bien?
Yosuke reacciona y rápidamente se da la media vuelta regresando por dónde vino.
—Lo siento, tengo que irme. -le responde apresurado antes de huir.
—Woah, hey, ¿Todoroki-chan? ¿A dónde vas?
El de lentes le escucha, pero en este momento solo quiere escapar, si es posible, de sus propios sentimientos que parecen estallar en su corazón.
Una palabra más y no podrá retenerse.
—Perdón por eso, Cobra-chan, chicos. -se disculpa con todos.
—No te preocupes. ¿Estará bien?
—¿Qué le sucedió a tu amigo de lentes? -le pregunta Yamato con un mochi a medio comer en la mano.
—No lo sé y no quiero dejarlo solo. Nos vemos luego. -se despide rápido al estar preocupado como para quedarse un segundo más.
Sale casi corriendo de Itokan, camina apresurado entre las calles y mira hacia todos lados en busca del de cabellos negros, encontrándolo finalmente en un callejón. Está sentado en el suelo escondiendo su rostro entre sus brazos, esto preocupa todavía más a Murayama.
—Oye, ¿Qué sucede? -pregunta inclinándose un poco hasta él sin meterse en el callejón. Puede escuchar un tipo de sollozo viniendo del menor. —Hey, Todoroki-chan, ¿Todoroki-chan? ¿Estás bien?
—Murayama...
Yosuke se siente un poco contento de que el mencionado le haya ido a buscar.
—Tú... ¿Tienes idea de lo mal que estoy por ti? -le reclama limpiando sus ojos llorosos.
—¡¿Eh?! ¡Ni siquiera he peleado contigo desde aquella vez! -refuta inquieto al notar la condición del otro.
—No me refiero a eso, Murayama.
—... ¿Entonces? No te entiendo Todoroki-chan, ¿Será necesario llamar una ambulancia para ti? ¿Puedes levantarte? -se inclina un poco más y le tiende la mano para poder ayudarlo.
Todoroki lo jala hacia él, lo sujeta lo suficiente bien de la chaqueta azul como para que no se aleje, y le dice:
—Yo también quiero tu atención.
Murayama está anonadado por tal confesión.
Le toma unos largos segundos reaccionar.
—No sabía que Todoroki-chan se sentiría tan solo. -medio bromea a la vez que una sonrisa se plasma en su rostro.
—No lo estoy. -mantiene una mirada dolorosa sobre el otro.
—Está bien, siempre tienes mi atención. -asegura todavía con una pequeña sonrisa para calmar al más alto. —Te has vuelto muy codicioso, Todoroki-chan. -se acerca por instinto y da un beso al mencionado, quien se sorprende y lo suelta lentamente.
Murayama le enseña la lengua, cómo su típica pose de siempre.
—Luces como un mocoso. Bueno, eso es porque lo eres.
—Espera. -Yosuke se levanta en un santiamén y acorrala a Yoshiki contra la pared.
Pasa su mano por la cintura de este, sujetándolo sin ser brusco, empuja su propio cuerpo contra el de este atacando sus labios con una calma increíble.
Murayama es probablemente el que más sorpresas se ha llevado hoy.
Mantiene sus ojos abiertos mirando a Todoroki, quien cierra sus ojos con esa expresión de “es mi primer beso y no quiero cagarla.”
Cede ante él, cerrado sus ojos también para corresponder mejor el torpe beso que el más alto le está tratando de dar.
—Hey. -dice cuando siente algo rozando su pierna. —¿Te pusiste duro? -le pregunta entre el beso, hay una sonrisa burlona que hace a Todoroki detenerse.
—Cállate... -recarga su frente sobre el hombro de Murayama para esconder su vergüenza.
—Realmente eres un virgen, ¿Cierto?
—¡¿Tú ya los has hecho con alguien?! -le pregunta alarmado, mostrando su rostro otra vez, el cual está algo rojo.
—No. Y no me refiero a eso. -sus manos se han mantenido abajo desde el comienzo, a diferencia de las del menor, que ahora están sujetando sus hombros. “¿Debería hacer algo yo también?” piensa sobre ello.
—Qué alivio. ¿Podemos hacerlo?
—¿Qué? No. -le golpea su frente con el dedo. “Por lo menos me he movido.” —Dijiste que querías algo de atención, esto es más que eso. -reclama.
—¡Pero me besaste!
—¡Estabas literalmente rogando que lo hiciera!
—... ¿Eso significa que no quieres? -suelta al de azul, y baja sus brazos dando un paso hacia atrás, dejando así el espacio libre para que este se vaya si lo desea.
—¿Qué es lo que quieres tú?
—Que seas mío. -admite.
—... -Yoshiki rasca su cabeza mientras mira a otro lado. Hay un ligero sonrojo en él. —Todoroki-chan, me gustas y todo, pero... ¿No sería demasiado raro? Hace poco estábamos peleando el uno con el otro.
—Eso no importa. Ya no me interesa ser el líder de Oya.
—Si tu ambición no fuera algo tan grande, no me molestaría... ¿En serio quieres estar conmigo? Nunca he estado en una relación, ni siquiera lo he pensado porque no es que me muera por ello. Solo perderías tu tiempo.
—¿Me darás la oportunidad? -pregunta un tanto emocionado.
—No lo sé... ¿Debería?
—Murayama, por favor. -se acerca nuevamente. —Está bien si ahora no podemos ponerle un nombre, o hacer lo que una pareja normal haría-
—¿Te refieres al sexo? -interrumpe el mayor.
—No, y ¿Puedes olvidar ya lo de mi semi erección? Fue una reacción involuntaria. -cubre su rostro con su mano. —Demonios, me haces decir tantas cosas vergonzosas.
—El “Quiero que seas mío” es la peor.
—Sí, lo sé. -asiente mientras se prepara mentalmente para confrontar a Murayama. —Pero es verdad. -de nuevo pone sus manos sobre la cintura de este, se agacha un poco para alcanzar a besarlo. —Te quiero solo para mí.
—Jum. -termina el beso y sonríe. —¿Será que estás así por lo de hace rato? -supone recordando la actitud de Todoroki mientras él platicaba con Cobra.
—... ¿Y qué si es así?
La sonrisa de Murayama cambia. Ya no es una sonrisa burlona, sino una sonrisa feliz.
—Todavía eres un mocoso. -reclamó fingiendo enojarse.
—¿Huh? No soy ningún mocoso, tú lo eres.
—¿Yo?
—Sí. Eres un mocoso muy molesto.
—¿Y quién es el que quiere a este mocoso molesto solo para él?
Yosuke chasquea la lengua. Murayama lo golpea suavemente en el pecho con el puño cerrado como si le dijera “gané”.
—Yo. -finalmente responde con una mirada demasiado seria.
Yoshiki lo observa atento, hay algo en Todoroki que le gusta mucho, pero no se lo dirá en voz alta, sería muy vergonzoso.
Así que en lugar de decírselo, se lo demostrará.
—Deberás esperar a graduarte para hacer cosas de adultos. -lo jala de la camisa hacia abajo para alcanzar sus labios dándole así un tierno beso.
—... ¿Eh?
Lo suelta y empuja levemente hacia atrás buscando un espacio para irse, comienza a caminar fuera del callejón.
—Yo me graduaré pronto. -le dice de espaldas sin detener sus pasos. —Veamos qué tanto cambias hasta que el momento llegue.
—¿Eh? Espera, ¿Eso significa que...?
—Todoroki-chan. -le llama con el tono de líder, aquel que usa cuando van a luchar.
Yosuke se queda congelado en su lugar; agradece que el más bajo se haya detenido o no le podría escuchar si hubiera seguido caminando.
—No me interesa ser propiedad de nadie, pero ¿Sabes qué? Creo que yo también te quiero solo para mí.
—... ¡¿Eh?! ¡¡Oi!! ¡¡Murayama!! ¡¡Espera, no te vayas después de confesarte!! -corre detrás de él tratando de alcanzarlo. —¡¡Murayama!!
Fin.